Estos últimos meses he recomendado a mis estudiantes utilizar Chat GPT para analizar sus propios ensayos de evaluación, las perspectivas que he observado se dividen. Por un lado, tengo estudiantes que comentan que «ningún profesor les había invitado a usarlo», que «usarlo está prohibido» y que «no se les había ocurrido que para eso podría servir». En el caso contrario he notado que mis estudiantes lo usan, pero con la idea de que no notaré esto. Así, he recibido trabajos que a leguas se nota que han sido copiados y pegados directamente de la aplicación, sin ningún tipo de ejercicio de reescritura.
Me interesa el asunto de la escritura por dos razones: primero porque se trata de una práctica fundamental para el trabajo académico y, segundo, porque requiere práctica constante para poder desarrollarse. Escribir no es sencillo, en otros espacios he intentado reflexionar sobre esto, en esencia lo que he pensado es que escribir es una actividad que solo puede mejorarse a partir de la repetición. Algo que no siempre es muy bien recibido por mis estudiantes por diversas razones, estas son algunas que he notado:
1. Mis estudiantes jerarquizan algunos trabajos sobre otros. Está claro que un estudiante que cursa 6 materias (o más) al mismo tiempo perderá todo interés en dedicar tiempo a escribir de forma artesanal, cuidando todos los detalles y pensando en hacer un trabajo de reescritura y edición, un momento fundamental para llegar a un texto mucho más pulido. Mi solución: trabajar en un texto de una página a lo largo del curso.
2. Asumir que escribir es «fácil». Al inicio de mis cursos suelo avisar que el trabajo de evaluación consistirá en la entrega de un ensayo de UNA PÁGINA. En sus rostros puedo notar quienes experimentan un exceso de confianza y piensan que el curso no requerirá tanta atención. En mi corta experiencia he aprendido que estos estudiantes tienen la idea de que escriben bien y que un texto de una página no supone un reto. Sin embargo, mientras avanzamos en el curso, mis estudiantes van notando que escribir un texto tan corto requiere muchísimo trabajo porque supone desaprender una serie de vicios que aprendemos en la educación media superior: desde escribir con palabras rebuscadas hasta echar un choro interminable para llenar páginas que nadie leerá. Mi solución: hacer revisiones semanales o quincenales del borrador de los ensayos.
3. Finalmente, hay un problema de fondo más complicado, pero igual de importante: nuestra sociedad parece aplaudir los resultados rápidos, sencillos y -esto es lo más importante- que no requieran tanto esfuerzo. Por alguna extraña razón, mis estudiantes piensan que si resuelven un problema rápidamente eso significa que están mostrando que han aprendido algo. Mi corta experiencia docente me ha mostrado que esto no siempre ocurre, de hecho, es bastante común que mis estudiantes estén más preocupados por obtener una calificación aprobatoria que por aprender algo con profundidad. Aquí no he encontrado ninguna posible solución.
No todo es tragedia, he encontrado estudiantes que después de utilizar Chat GPT han logrado darse cuenta de errores o tropiezos que tienen en sus formas de redactar, en la producción de su voz al momento de describir un objeto/situación o hasta aprender a sintetizar sus propios textos. Recuerdo el caso de una estudiante que se le ocurrió «enseñarle» al chatbot «su estilo de escritura» para que luego este lo replicara con otros trabajos. Sin querer, mi estudiante había desarrollado una instrucción lo suficientemente concreta y específica para lograr un objetivo: escribir un texto que replicara «su estilo» de escribir. Estos casos me resultan interesantes porque han llevado a mis estudiantes a pensar nuevos usos, otras posibles aplicaciones y formas de lograr que el programa haga lo que desean.
Me parece que esta forma de uso conduce -al menos- a prácticas y formas de uso mucho más reflexivas. El error que comete un estudiante cuando copia y pega lo primero que Chat GPT responde es que se está privando de la posibilidad de hacerse preguntas, de pensar otras posibilidades, de cuestionar los límites y alcances de la herramienta. Este no es un fenómeno nuevo, pensemos en todos los profesores que antaño prohibieron el uso de Encarta o Wikipedia más o menos por este mismo principio.
¿Qué es exactamente lo problemático cuando unos académicos copian y pegan la respuesta de Chat GPT para un artículo en un journal prestigiado? ¿Por qué si esto nos escandaliza, softwares como Atlas.ti han integrado modelos de lenguaje de OpenAI para agilizar los procesos de codificación en la investigación cualitativa?
Un asunto más para ir concluyendo, no he dedicado tiempo a estudiar a profundidad el funcionamiento de las Inteligencias Artificiales. No poseo ningún tipo de autoridad en esa área, en cambio, me interesa más entender por qué algunos de mis estudiantes logran hacer preguntas nuevas y otros simplemente buscan sacar una calificación aceptable y olvidarse del asunto.